jueves, 17 de enero de 2008

El Correo de Andalucía, 16 de enero de 2008

El parto de la bomba atómica, contado en clave de ‘thriller’
Alejandro Luque

Científicos, nazis, espías, un ingenio que cambiará la Historia... Estos y otros mimbres se entrelazan de manera trepidante en El factor Einstein, la nueva novela del sevillano Andrés Pérez Domínguez que acaba de ver la luz en mr ediciones.

Con 15.000 ejemplares de tirada inicial, la nueva obra de Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) es, en palabras del escritor y periodista Juan José Téllez –que la presentó ayer en la Fundación Lara–, “un paseo por distintos subgéneros, que van del espionaje a la narración de aventuras, pasando por el policíaco, el negro o incluso el folletín”, afirmó. “No es la tópica novela de espías, sino un pretexto para reflexionar sobre cuestiones de cierta trascendencia, como hicieron en su momento maestros como Graham Greene o John LeCarré”, añadió Téllez.

A lo largo de 574 páginas, Pérez Domínguez lleva al lector al mundo de los años 40. La primera figura central de la narración es Leo Szilard, físico húngaro refugiado en Estados Unidos, convencido de que los nazis preparan una bomba devastadora y están dispuestos a utilizarla en la Gran Guerra que se avecina.

La clave para conseguir que el bando americano pueda adelantarse a los perversos planes de Hitler es Albert Einstein, en cuyas manos queda el futuro de la Humanidad: el primero en descubrir la fórmula de la bomba atómica dominará el mundo.

En ese trance hace su aparición Frida von Kleinsberg, importante física alemana, bella, fría y calculadora, que por orden de la policía secreta nazi es enviada a Estados Unidos para infiltrarse en la comunidad de científicos exiliados y asegurarse de que Einstein no interferirá en los planes del Führer.

Fascinación.

Pérez Domínguez confiesa que al principio tenía previsto escribir otra novela, basada en el hecho –frustrado por la Guerra Civil– de que Einstein aceptara convertirse en ciudadano de la República española. Sin embargo, a poco que empezó a descubrir la figura del científico –“no el más inteligente, pero sí el más famoso de la Historia”– se dejó seducir por él y por la trama de Szilard. “Einstein ejercía una enorme fascinación sobre las mujeres, ligaba un montón. Era un pacifista convencido, pero toda esta situación va a animar a construir el arma más poderosa del mundo”, dice el autor de otra novela como La clave Pinner, fundada en uno de los señuelos más famosos de la II Guerra Mundial, la operación Mincemeat.

Para preparar su ficción, el escritor quiso “localizar exteriores”, esto es, visitar todos y cada uno de los escenarios donde se desarrolla la trama, de modo que viajó a Nueva York, Cracovia y Berlín. “Ha sido un proceso de documentación duro, pero apasionante”, dice. “Creo en la literatura más que en los géneros, y sólo deseo que el lector lo pase bien. Si aprende algo, pues mejor”.

Preguntado por el auge actual de las novelas de la II Guerra Mundial, el sevillano no cree que sea “un fenómeno nuevo”, pero sí fácil de explicar porque aquel atroz conflicto bélico “ha formado al mundo tal y como lo conocemos hoy. Me gustan mucho, también, los años 30, una época sobre la que no se ha hablado mucho, y de la que aún quedan supervivientes que podrían contar cosas interesantísimas”.

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