lunes, 21 de enero de 2008

El Mundo, 21 de enero de 2008

LA ETERNA SEVILLA
Por Francisco Robles

ANDRÉS PÉREZ DOMÍNGUEZ


Andrés Pérez Dominguez (Sevilla,1969) ha sido galardonado en más de un centenar de certámenes literarios. El último ha sido el premio Luis Belenguer de novela con El síndrome de Mowgli, que publicará próximamente Algaida. Tras el éxito de crítica y público que cosechó con La clave Pinner, una novela de espionaje ambientada en Sevilla que no tiene nada que ver con eso mismo que el lector puede estar pensando, sino con la II Guerra Mundial, este autor sevillano que vive en Sanlúcar la Mayor vuelve a las librerías con El factor Einstein.

--Haga un esfuerzo y resuma el arranque del argumento de su nueva novela.

--El 2 de agosto de 1939 Albert Enistein le escribe una carta al presidente Roosevelt para ofrecerle la fabricación de la bomba atómica antes de que lo hiciera Hitler. El científico se situaba en un dilema ético, ya que, por un lado, era antimilitarista y, por el otro, judío. Hablar de la bomba atómica en 1939 era algo parecido a la ciencia ficción. A partir de ese momento empieza la ficción novelesca propiamente dicha, donde toma cuerpo la espía alemana Frida von Kleinsberg,
que se instala en Nueva York para infiltrarse en la comunidad científica, con el fin de que Einstein
no pueda fabricar la bombaa tómica. Si mi anterior novela La clave Pinner estaba ambientada en Sevilla, ésta se sitúa en Nueva York, Berlin y Cracovia.

~¿Se ha documentado en bibliotecas o ha estado en los lugares donde se desarrolla la acción?

--Visité escenarios y localicé la casa de Long Island donde Einstein firmó esa carta a Roosevelt que aparece al final de novela. Es cuñoso que Einstein aceptara el ofrecimiento que le hizo el Gobierno de la II República Española para refugiarse en nuestro país mientras Hitler detentara el poder en Alemania, aunque luego no viniera por nuestro país por causas obvías: se habría metido en plena Guerra Civil.

-Andrés Pérez Domínguez quiere dejar claro que estamos ante una novela entretenida. Algunos cñticos lo comparan en este sentido con Graham Green o con Le Carré.

-Me interesan más las pasiones que las investigaciones que hago para adornar la trama. Es la técnica del MacGuffin que practicaba Hitchcoock. El problema en España es que hay novelas bien escritas con una trama aburrida v viceversa.

--¿Por qué Sevilla da muchos y buenos poetas y muy poquitos novelistas?

--Sevilla es una ciudad de arte y no creo que la novela se caracterice por esa iluminación que está
presente en la poesía o en la pintura. El novelista está más relacionado con el oficio, con la constancia, con algo que no entra en los tópicos de la ciudad.

--Usted situó La clave Pinner en Sevilla. ¿Por qué?

--Es una novela ambientada en una ciudad alejada de los tópicos, no es una novela costumbrista
donde los habitantes hablen en sevillano. Los críticos alabaron que por fin un género como la novela de espionaje llegara a una ciudad que no era Madrid ni Barcelona. Todo esto depende de la visión que cada uno tenga de la ciudad, y en Sevilla los tópicos son demasiado poderosos.

Los tópicos que definen a Sevilla son, para el novelista, los de siempre (Semana Santa, la Feria
de Abril, el Rocío: "Todo ese entramado folklórico que yo respeto aunque no participe. Y además están los asociados a Andalucía, como es el caso de la pereza)

--¿Hay que irse a Madrid o a Barcelona para publicar y vender las novelas?

--No es cierto, eso es una boutade estúpida. Con los actuales instrumentos de comunicación, como internet, puedo publicar en editoriales que están en Madrid o en Barcelona, si bien es verdad que los que viven allí tienen más posibilidad de relacionarse con los editores. Pero, si hay talento, no hay problema.

~;.Cómo nos ven los editores madrileños o catalanes desde la distancia?

--Muestran un gran desconocimiento sobre el movimiento cultural que existe en Andalucía, nos
ningunean. Me he sentido muy bien tratado, pero está claro que aún somos la perifeña, las provincias, aunque haya mucha gente que no encaje en los tópicos andaluces.

Cuando hablamos de los indices de lectura en la ciudad, Andrés Pérez Domínguez cree que Sevilla no es una ciudad muy leída por desgracia, aunque también es cierto que se venden los libros, y para demostrarlo ahí está la recién inaugurada FNAC, o La Casa del Libro. Otra cosa distinta es que se lean. Yo espero que al menos se compren y se lean los míos.


--¿Tienen algo que ver las fiestas que se suceden continuamente en la ciudad con estos bajos índices de lectura?

--El clima, la forma de vivir, la idiosincrasia, hacen que la gente salga mucho a la calle, que las actividades se realicen fuera de casa, y esto va contra el hábito lector. Seguro que en Noruega se lee más por esa misma razón. Me alegra ver las secciones infantiles de las librerías, porque ahí está el futuro de la lectura. En esto soy optimista: siempre habrá lectores.

--¿Se siente deudor de algún escritor sevillano? ¿La literatura de la ciudad ha ejercido alguna influencia en usted?

--Ninguna. No creo en la literatura sevillana, ni en la andaluza, ni en la española, sólo en la Literatura con mayúscula. Acotar la literatura es un error que se comete, por ejemplo, cuando se habla de la narrativa andaluza. Ni siquiera soy partidario de dividirla en géneros. Existen los buenos libros y punto. Un buen escritor puede nacer en Nairobi, en Sevilla o en Helsinki.

--¿El estado actual de la ciudad casaría con una novela de espionaje?

--(Risas tirando a carcajadas) Digo 1o mismo que Danny de Vito cuando le enseñaron Madrid en
obras: me gustará cuando encuentren el tesoro que andan buscando. Sevilla es un caos a pesar de su hermosura. Estuve hace poco en Venecia y allí da gusto pasear por la ciudad, sin tráfico ni atascos. Que Sevilla es un caos lo sabemos perfectamente los que vivimos en el Aljarafe. Por desgracia, hay muchas zonas de Sevilla que podrian servir como escenario de lo cutre, hay demasiados barrios dejados de la mano del Altísimo.

A la hora de analizar la conservación de la ciudad, el novelista piensa que la Catedral está más limpia sin el tráfico. Cuando se destapen las obras, lo veremos, porque ahora no es buen momento para valorar el estado de conservación de la ciudades.

--¿Qué le parecen las ’setas’ de la Encarnación?

--(Más risas tirando aún más carcajadas) ¿Se han construido ya? Lo pregunto porque hace mucho tiempo que no paso por allí. Recuerdo que la Encarnación lleva en obras toda la vida, desde que yo era niño. Esto se parece al mito medieval del reino del preste Juan. La Encarnación con setas podría ser el escenario de una novela al estilo de Tenninator, un lugar para
situar un apocalipsis nuclear.

--No ha pensadoe n escribir alguna vez una novela que mezcle la Semana Santa y el terrorismo, que es algo que se ha puesto de moda?
-
-Ya lo hizo Juan Bonilla con Nadie conoce a nadie. No lo sé, aunque.creo que para escribir una
novela sobre el terrorismo es pronto aún. Hay que tener perspectiva histórica para abordar este
asunto. La Semana Santa es muy novelesca: nos llevaríamos más de una sorpresa si levantáramos los capirotes y viéramos quiénes son los que están debajo de los antifaces.

--¿Y una novela sobre la Feria de Abril?

--La Feria también es novelesca, aunque menos que la Semana Santa. La Feria concentra a mucha gente, está dotada de un gran colorido, y su novela sería muy parecida a La hoguera de las vanidades. Tenga en cuenta que Sevilla es una ciudad absolutamente vanidosa y
probablemente con razón.

Personajes sevillanos
Jugamos con Andrés Pérez Dominguez, que también hace crónica ciudadana en Punto Radio con Cristóbal Cervantes, a diseñarle una novela a cada personaje que brilla con luz propia o prestada en la ciudad. Así, el alcaide Monteseirín sería el protagonista de una comedia. Lo de Zoido está más cerca de una novela épica. Para cerrar el trío municipal, a Rodrigo Torrijos lo situaría en una novela costumbrista. A partir de ahora todo es posible, ya que de pronto aparece en esta lista de personajes novelescos Manuel Ruiz de Lopera, alias Donmanué, para el que Pérez Domínguez re serva el género del sainete. Ya puestos, vámonos que nos vamos con la Anselma, que es carne de novela histórica. Por último, la figura Carlos Amigo Vallejo, un cardenal apropiado para una novela elegante, decimonónica, con un protagonista que concita un gran consenso.

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