domingo, 10 de febrero de 2008

El Correo de Andalucía, 9 de febrero de 2008

El factor Einstein
Edmundo Díaz Conde


Siempre es grato dar con alguien cuya calidad personal está sobradamente a la altura de su vocación. Y, aunque rara vez se pone en tela de juicio la profesionalidad de los escritores, juro que, como en todos los gremios, los hay vocacionales y laboriosos, pero también haraganes, mezquinos y plagiadores. Andrés Pérez Domínguez, sevillano como el que más, ofrece el perfil de escritor profesional y de buena gente donde los haya. Viene esto a cuento de su última y muy reciente novela: El factor Einstein. Publicada por la editorial Martínez Roca (Planeta), el autor nos invita a un viaje fascinante por su modo y su destino: el momento histórico y la clave que decidieron la suerte de la Segunda Guerra Mundial, y, con ella, el declive de un mundo que aún nos inquieta y horroriza. No voy a desvelar el argumento, pretendo sólo incitar a su lectura a todo amante del suspense, el género del espionaje, la novela negra, y, más aún, a los que se desviven por una historia contada con la voluntad de hechizar voluntades y de suspender el tiempo de los relojes.

Si lo he comprendido bien, Pérez Domínguez persigue, entre otros objetivos, entretener y complacer al lector. Qué delicia abrigar esa clase de pretensiones en un país en donde provocar el placer del público equivale, desde hace décadas, a rebajarse a ojos de las musas clásicas. En El factor Einstein el autor no sólo persigue divertir, se esmera en no renunciar a sus propias exigencias artísticas; o, lo que es igual, estamos frente a una novela en la que el estilo cristalino y la peripecia de los personajes se apoyan recíprocamente.

o en vano Pérez Domínguez subraya en las entrevistas que la calidad y el entretenimiento no son incompatibles. Y lo curioso es que de sus palabras no se desprende jamás petulancia, sino orgullo por su oficio, y humildad ante la evidencia, como ya dijo el clásico, de que si la vida es larga, el camino del arte es más largo. Frente a la novela entretenida, pero mala de solemnidad, frente a la novela “literaria”, “selecta”, pero tediosa, Andrés Pérez Domínguez ofrece una alternativa. Toca siempre al lector la última palabra.

Lo que ya se puede afirmar sin duda es que El factor Einstein es el resultado de un trabajo concienzudo, la última historia de un novelista que promete laureles a una tierra de soñadores y poetas.

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